Ganadora del 15 Festival de Málaga. Cine Español, la nueva película de Patricia Ferreira, Los niños salvajes, se estrena el 25 de mayo en las salas.
La nueva película de Patricia Ferreira, cuarto largometraje de ficción
de su carrera, se alzó con el máximo galardón en la reciente edición del
Festival de Málaga. Cine Español, donde también ganó los premios al
Mejor Guion (Patricia Ferreira y Virginia Yagüe), Mejor Actor de Reparto
(Álex Monner) y Mejor Actriz de Reparto (Aina Clotet). Los niños
salvajes, una producción de Distinto Films y Áralan Films, es un drama
narrado en forma de thriller con el que la directora y guionista se
adentra en el mundo de los adolescentes.
Drama narrado en forma de thriller
Nacido de una historia real, un suceso terrible que desató la curiosidad
de la directora, el filme está protagonizado por Álex Monner, Marina
Comas y Albert Baró, tres jóvenes normales, de familias normales, que
viven en una gran ciudad. Aislados de sus padres y profesoras, incapaces
de entenderse con ellos, nadie sabe qué pasa por sus cabezas, qué
motiva sus acciones. “Su aislamiento emocional llevado al extremo tendrá consecuencias inesperadas que sacudirán a la sociedad”.
Los niños salvajes avanza, con una estética propia del cine documental,
al paso de una investigación. Alguien, que no se identifica en la
ficción hasta el final, hace preguntas a los protagonistas y se
muestran, desde el punto de vista de cada chico, los hechos ocurridos
una noche concreta, para llegar al descubrimiento final, el suceso que
ha provocado esas indagaciones.
Tomar partido
“Cuando vi la noticia en televisión empecé a pensar cómo era posible que un adolescente normal hubiera cometido un hecho así”,
explica la directora, que ha vuelto a trabajar en el guion con Patricia
Yagüe. Un tiempo de intensa investigación, en el que asistieron a
clases con los chicos, hablaron con ellos y con los profesores… dio paso
a una historia que fue adentrándose en ese universo de la adolescencia,
hasta que las posiciones quedaron claras. Patricia Ferreira se pone del
lado de los jóvenes protagonistas y mira el mundo a través de sus ojos.
“¿Son realmente salvajes o simplemente lo parecen en nuestra
mirada? ¿O los salvajes somos nosotros, con el continuo empeño de
juzgarles y de marcar su vida?” se pregunta Ferreira, quien se responde a sí misma y al público con su propia película: “Somos
nosotros, los adultos, los que les vemos como unos salvajes. Y yo me
pongo del lado del más débil y ellos lo son, porque no saben nada del
mundo y nosotros, sí”.
Limpiarse de prejuicios
La cineasta, que se confiesa sorprendida de la inteligencia emocional
que ha descubierto en los adolescentes, asegura que tuvo que echar la
vista atrás y recordar su propia adolescencia y limpiarse de prejuicios.
“Al principio creía que estaba hablando con personas que no me
entenderían y me encontré una gran inteligencia emocional. Comprendí que
tenía que hablarles de igual a igual”.
Libertad de rodaje
Finalmente, los tres jóvenes protagonistas colaboraron con la energía
propia de su edad en el rodaje y en la construcción de sus personajes, a
los que aportaron algunas sugerencias en los diálogos. Los jóvenes
actores, que debieron aprender a dibujar, montar en moto y practicar
kickboxing, contagiaron de vitalidad al equipo de la película, que se
permitió introducir cambios en las distintas fases de ésta. “Hemos rodado con mucha libertad –dice Patricia Ferreira-. Hay películas en las que es fundamental que los actores se ciñan al guion, aquí no fue así, nos permitimos cambios”.
Mundos paralelos
Con Aina Clotet, José Luis García Pérez, Francesc Orella y Marc
Rodríguez, entre otros, en el reparto, la historia va mostrando la
realidad de los adolescentes, “chicos que viven en un mundo paralelo
al de los adultos. Creo que existe un problema de empatía, de memoria y
de respeto. Los adultos tendríamos que saber que nuestros valores no
son los únicos”. Así a la incomunicación
consustancial a la adolescencia, la directora añade todo lo que rodea a
los jóvenes y lleva al límite ese aislamiento emocional que
experimentan. Más allá del suceso final de este relato, una excusa para
bucear en el universo de los personajes principales, la película provoca
una reflexión destinada al público adulto, “que no creo que vayan a
ser indiferentes a la historia, igual que pienso que los que se van a
sentir más a gusto con ella serán los jóvenes”.
De izquierda a derecha, Álex Monner, Marina Comas y Albert Baró, los protagonistas de la película.
Vïa Cine en Violeta
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